"Los medios tradicionales no pueden ver a la red y a los lectores como enemigos"
El periodista Gumersindo Lafuente acaba de recibir el VII premio José Manuel Porquet en el IX Congreso de Periodismo Digital de Huesca al proyecto más innovador por Soitu.es, donde trabaja como director. Anteriomente, impulsó la conversión de ElMundo.es en un producto de éxito durante su etapa como director del medio digital.
El periodista Gumersindo Lafuente acaba de recibir el VII premio José Manuel Porquet en el IX Congreso de Periodismo Digital de Huesca al proyecto más innovador por Soitu.es, donde trabaja como director. Anteriomente, impulsó la conversión de ElMundo.es en un producto de éxito durante su etapa como director del medio digital.
Es usted un fiel al Congreso de Periodismo Digital, ¿qué le hace repetir?
Por supuesto, que me invitan, y, en segundo lugar, que me parece que es el mejor congreso de periodismo digital que se hace en el ámbito del idioma español (España y Latinoamérica).
Por supuesto, que me invitan, y, en segundo lugar, que me parece que es el mejor congreso de periodismo digital que se hace en el ámbito del idioma español (España y Latinoamérica).
¿Y qué ha convertido a Huesca en un referente del periodismo digital?
Huesca es un sitio muy acogedor, muy neutral en el que periodistas de medios habitualmente enfrentados o de posición muy diferentes encontramos un lugar muy acogedor para hablar de muchas cosas muy interesantes. Además está muy organizado, la gente que asiste se lo toma en serio -profesionales y estudiantes-, se lo pasan bien, se genera muy buen ambiente. Y yo creo que es eso lo que lo está conviertiéndolo en un mito.
¿A qué se debe el éxito de Soitu.es, un portal independiente….?
Soitu.es es un sitio que por primera vez experimenta la combinación del periodismo profesional, entendido con rigor y con pasión, y se deja contaminar positivamente por los intereses reales de los lectores; y todo ello con un diseño muy diferente y una manera de categorizar la información muy distinta a los medios tradicionales, que incluso en Internet se acercan al hecho informativo, pretendiendo parar la realidad, y la realidad no se puede fijar porque la vida sigue. Y este asunto de la portada, de poner en una portada las noticias importantes y fijar la portada, es algo heredado de los periódicos de papel. Nosotros queremos -o estamos intentando- adaptarnos más al nuevo medio, que permite hacer cosas que antes eran imposibles y que nos permiten contar la realidad de otra manera.
¿Entonces hablaríamos de periodismo del ciudadano o para el ciudadano?
De periodismo con el ciudadano
¿Y hasta qué punto el periodismo ciudadano tiene rigor periodístico?
En Soitu.es lo que estamos intentando es generar una cultura de rigor, no publicar cualquier cosa. Cualquier persona que se dé de alta en Soitu.es desde el primer momento puede publicar, pero lo que publica solo sale en su página personal. Para que nosotros esas historias las pongamos en un lugar relevante tiene que cumplir unas condiciones; y esas condiciones son exigentes, lo que tiene que ver con el rigor y con la importancia de la información; en realidad son las mismas que les ponemos a una historia escrita por un profesional de nuestro equipo, con lo cual eso hace que sea más complicado para nuestros lectores conseguir llegar a la portada. Pero es que ése es el reto; no publicar por publicar, sino publicar lo que pensemos que a toda la audiencia le va a resultar interesante.
¿Cuáles serían los retos del periodismo tradicional?
Dejar de mirarse el ombligo, no sentir la red y a los lectores como enemigos, no estar anclados a los viejos modelos y a los formatos tradicionales de captación de ingresos y mirar con mente abierta a lo que está pasando, porque afecta de manera definitiva al futuro de su negocio y, por tanto, de la pervivencia del mismo tal como lo entendemos hoy. Y eso vale para los periódicos de pago, para las teles, para las radios; cada uno en diferente manera. No les afecta a todos por igual, ni en el mismo momento. Pero yo creo que lo que está pasando trasciende a un mero cambio de tecnología es mucho más revolucionario.
¿Y está la sociedad preparada para ese cambio?
La gente que tiene menos de 25 años, sin duda. Todo lo que se ha hablado en este congreso de cómo hay que formar a los jóvenes periodistas en las nuevas tecnologías, y a los viejos periodistas nos parece algo complejo, en realidad estas personas que llamamos nativos digitales no tienen ninguno de esos problemas porque han nacido con un ordenador entre las manos, conectados a Internet, relacionándose con sus amigos a través de la red, estudiando a través de la red, jugando a través de la red. Y todas las herramientas las manejan igual que han aprendido a hablar, y por tanto, nadie tiene que enseñárselo. Son ellos los que se lo van a enseñar a sus profesores, a sus jefes en las relaciones. Y eses es por un lado el drama de los que no son nativos digitales y la ventaja de los que sí lo son.
Pero para ello los directivos tienen que estar dispuestos a querer acometer el cambio.
Los jefes tienen que estar absolutamente abiertos, y tienen que saber que se tienen que dejar llevar, sin duda alguna. Habrá afortunadamente otras cosas que sí podremos enseñarles, pero a manejar la red, me parece que no.
¿Qué pasa por la mente de los que realizáis este tipo de webs? ¿Qué pasa con el periodista profesional para que el ciudadano se haga parte de este movimiento? ¿Por qué se ha llegado a esa decisión?
El periodista profesional no elige eso. Sí que es verdad que el periodismo profesional, antes de que Internet tuviera la potencia que tiene hoy, seguramente no estaba haciendo demasiado bien su trabajo. Los periódicos que en un determinado momento tuvieron un papel de influencia enorme y la redacción era orgullosa y defendía su trabajo y su independencia, de pronto se han convertido en negocios dentro de grandes grupos de comunicación que tienen televisiones, radios, muchos periódicos, muchos intereses y esas redacciones han perdido mucha independencia.
Entonces, ¿el periodista no estaba donde tenía que estar?
El periodista igual no estaba haciendo su trabajo con la fidelidad al lector que tenía que hacerlo, estaba más mirando al poder económico, político. Y de pronto, la red le ha dado voz a toda esa gente a lo que no se les estaba haciendo caso y esa gente está empezando a utilizar la red para crear opinión, para influir en la sociedad. Poco a poco, no es algo ni que ahora esté sucediendo al 100% ni que haya empezado antes de ayer. Y eso está, seguramente, por primera vez sí, influyendo en los medios. Aunque los medios lo nieguen o que en algunas ocasiones no se den ni cuenta. Igual que en los medios tradicionalmente han influido otros factores, como los gabinetes de comunicación de las empresas, las campañas de publicidad y la presión de los que la ponen, los lobbys políticos, los lobbys económicos… Esto no es nuevo en los medios. Las redacciones y los periodistas siempre han tenido que defenderse de ese tipo de influencias. Ahora llega una influencia nueva, y tenemos que aprender a movernos en ese mundo. También en Internet se están dando estos lobbys. Ya hay sitios que supuestamente gestionan “democráticamente” la información y vemos como también hay influencias de lobbys. No hay tampoco que divinizar la red, el trabajo del periodista en este nuevo escenario es quizás más importante porque puede seguir sirviendo de filtrador, de nexo imprescindible, también para explicarle a la gente lo que pasa en la red, que no es nada virtual, sino que es muy real. Y en la red también hay lobbys que está usando esas herramientas para influir y para destacar historias que en realidad están al servicio de algo.
Supongo que la red también tendrá algún riesgo...
Las desventajas al final son las mismas. Que te puedan engañar, las herramientas de rigor de los periodistas tienen que funcionar. Un porcentaje altísimo de lo que sale en buscadores es falso o interesado. Hay que tener mucho cuidado.
¿Podríamos llegar al supuesto de que no se necesiten más periodistas?
Yo creo que no. Al contrario, yo creo que la especialización, el rigor, la capacidad de filtrado va a ser cada vez más necesaria. Yo creo que es todo lo contrario. El periodista hará los papeles que hace ahora y tendrá unos nuevos.
Pero un periodista ciudadano que sea riguroso y cumpla los requisitos ¿no puede llegar a convertirse en periodista?
Pero eso ha pasado toda la vida. En este oficio ha habido mucha gente que no había estudiado y eran brillantísimos y eran muy relevantes en sus trabajos. Yo he contratado a lo largo de mi vida a muchos periodistas y os aseguro que jamás he pedido el título de periodista a nadie.
¿Qué se le debería exigir al periodista?
Primero, que tenga curiosidad; que sepa que está al servicio de su empresa, pero también del lector; que sea honesto; que sea inquieto; que tenga los ojos y los oídos muy abiertos; que todo el rato se deje sorprender; y que esté en permanente contacto con la realidad y en esta coyuntura actual que esté abierto a las nuevas tecnologías. Alguien que tenga fobia a la tecnología no puede sobrevivir.
El periodista tiene que ser catalizador de la audiencia, pero es difícil animar al ciudadano a participar...
Hay que hacer mucha didáctica. Todos tenemos las herramientas en el bolsillo para hacer vídeo, para hacer una foto o incluso enviarla inmediatamente aun periódico, a una radio o a una televisión. La capacidad de ser testigo de algo que sucede y de transmitirlo ha crecido mucho. Pero es diferente ser testigo de un hecho que tiene una relevancia periodística que ejercer el periodismo. Son cosas diferentes. Cuando uno es testigo, puede tener una exclusiva mundial, pero de ahí a convertirse en periodista hay un camino largo. Por lo menos para el común de los mortales, siempre hay excepciones, gente que tiene en las venas o en los genes la capacidad de contar de manera inmediata, brillante y ágil cualquier cosa. Bueno, pues, qué envidia, a mí siempre me ha costado muchísimo trabajo.
Aquí os dejo una entrevista que hizo una compañera a Gumersindo Lafuente:
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